Capítulo 1
I. Lamentación por el cautiverio, causas y consecuencias.
A. Judá ha quedado sin rey, y su enemigo es su rey.
1. Lamentación de Judá por estar en cautiverio.
a. 1:1 ¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre
las naciones, se ha quedado como viuda. La señora de provincias tiene que pagar
los tributos.
b. 1:2 Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas corren por sus
mejillas. De todos sus amantes, no hay quien la consuele. Todos sus amigos le
fallaron, se volvieron sus enemigos.
c. 1:3 Judá ha ido en cautiverio. A causa de ser afligida y de ponerla
duramente a servirles, no halló descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron
y la pusieron en aprietos. Y ella habitó esparcida entre las naciones.
2. Lamentan que las fiestas solemnes han cesado.
a. 1:4 Las calzadas de Sion tienen luto. Porque no hay quien venga a las
fiestas solemnes. Todas sus puertas están solas. Sus sacerdotes gimen. Sus
vírgenes están afligidas, y amargadas.
3. El príncipe de su enemigo, ahora es su rey.
b. 1:5 Sus enemigos, pasaron a ser sus príncipes. Sus aborrecedores fueron
prosperados. Porque Jehová la afligió. Por la multitud de sus rebeliones. Sus
hijos fueron en cautividad delante del enemigo.
B. Las consecuencias del cautiverio.
1. Fueron
siervos por menospreciar su cetro.
a. 1:6 La hija de Sion, ha dejado de ser hermosa. Sus príncipes fueron como
los ciervos que no hallan pasto; se quedaron sin fuerzas cuando fueron
perseguidos.
2. Fue humillada y se acordó de su cetro.
a. 1:7 Cuando su pueblo de Jerusalén, cayó en mano del enemigo y no hubo
quien la ayudase. Más bien sus enemigos la miraron y se burlaron de su caída. En
ese momento, ella se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones. Y
de todas las cosas agradables, que tuvo desde los tiempos antiguos.
b. 1:8 Jerusalén, por el pecado que cometió, ha sido trasportada. Todos los
que la honraban, ahora la han menospreciado, porque vieron su vergüenza. Por
eso gime y les da la espalda.
c. 1:9 Está llena de inmundicia, y no se acordó de lo que le esperaba. Por
tanto, sorprendentemente ella ha sido humillada, y no tiene quien la consuele.
Mira, oh Jehová, mi aflicción. Porque mi enemigo ha triunfado.
3.
El enemigo se llevó sus tesoros a su santuario.
a. 1:10 Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas. Ella ha
visto entrar en su santuario a las naciones. De las cuales mandaste que no
entrasen en tu congregación.
b. 1:11 Todo su pueblo desesperado buscó su pan. Dieron por la comida todas
sus cosas preciosas. Para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy
abatida.
4. Se llenó de angustia, desolada, debilitada y sin
fuerza.
a. 1:12 ¿No les conmueve a cuanto pasan por el camino? Miren, y vean si hay
dolor como mi dolor, que tengo. Porque Jehová me ha angustiado en el día de su
ardiente furor.
b. 1:13 Desde lo alto envió fuego, que consume mis huesos. Ha extendido red
a mis pies, para volver atrás. Me dejó desolada, y me paso todo el día con
dolor.
c. 1:14 Con su mano ato el yugo de mis rebeliones. Sobre mí puso ataduras. Ha
debilitado mis fuerzas. Me ha entregado el Señor en las manos, contra las
cuales no podré defenderme.
d. 1:15 El Señor ha destruido a todos mis hombres fuertes, en medio de mí. Porque
llamo contra mí, a sus compañías. Para quebrantar a mis jóvenes. Como lagar ha
hollado, el Señor, a la virgen hija de Judá.
C. La causa del cautiverio.
1. Rebelarse contra su palabra.
a. 1:16 Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos destilan aguas. Porque se
alejó de mí el consolador, que dé reposo a mi alma. Mis hijos son destruidos,
porque el enemigo me dominó.
b. 1:17 Sion extendió sus manos, no tiene quien la consuele. Jehová dio
mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos. Jerusalén fue el
objeto de abominación entre ellos.
c. 1:18 Jehová es justo, yo contra su palabra me rebelé. Pueblos todos, en
este momento, oigan, y vean mi dolor. Mis vírgenes y mis jóvenes fueron
llevados en cautiverio.
d. 1:19 Di voces a mis amantes, pero ellos me han engañado. Mis sacerdotes
y mis ancianos en la ciudad murieron. Buscando comida para ellos, con que
entretener su vida.
e. 1:20 Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón
se trastorna dentro de mí. Porque me rebelé en gran manera contra ti. Por la fuerza
de la espada hizo estragos. Por dentro dominó la muerte.
2. Dios haga con sus enemigos, como hizo con
Jerusalén.
a. 1:21 Oyeron que gemía, pero no hay nadie que me consolé. Todos mis
enemigos, cuando escucharon mi mal, se alegraron de lo que tú hiciste. También
llegará el día que has anunciado, y a ellos le pasará igual.
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