Capítulo 4
III. Lamento por haber roto su pacto.
A. Las causas y consecuencias de
haber roto su pacto.
1. Las consecuencias de
haber roto su pacto.
a. 4:1 ¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo el buen oro ha perdido su
brillo! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de
todas las calles.
b. 4:2 Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro, ¡Cómo
son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!
c. 4:3 Aun los chacales dan la teta, y amamantan a sus cachorros. La hija
de mi pueblo es cruel como los avestruces en el desierto.
d. 4:4 La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed. Los niños pequeños pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese.
e. 4:5 Los que comían delicadamente fueron asolados en las calles. Los que
se criaron entre púrpura se abrazaron a los basureros.
2. La
causa y consecuencias de haber roto su pacto.
a. 4:6 Porque se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo, más que el
pecado de Sodoma. Que fue destruida de repente, sin que tuviesen que acampar
contra ella compañías de ejércitos.
b. 4:7 Aunque sus nobles fueron blancos como la nieve, y más que la leche. Más
rubios eran sus cuerpos que el coral, y su talle más hermoso que el zafiro.
c. 4:8 Fueron oscurecidos, más que el negro es su aspecto. Que los desconocen
por las calles. Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
d. 4:9 Más dichosos fueron los muertos con la espada, que los muertos por
el hambre. Porque estos murieron poco a poco, por falta de los frutos de la
tierra.
e. 4:10 Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos; Sus propios
hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi
pueblo.
f. 4:11 Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira. Y encendió en
Sion fuego que consumió hasta sus bases.
g. 4:12 Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo.
Creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.
3. Causas
de haber roto su pacto.
a. 4:13 Es por esta causa, de los pecados de sus profetas, y las maldades
de sus sacerdotes. Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos.
b. 4:14 Titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados con
sangre. De modo que no pudiesen tocarse sus vestiduras.
c. 4:15 ¡Apártense¡¡Inmundos! Les gritaban: ¡Apártense, apártense, no nos toquen!
Huyeron y fueron dispersados; se dijo entre las naciones: Nunca más vivirán
aquí.
4.
Consecuencias de romper su pacto.
a. 4:16 La ira de Jehová los apartó, no los mirará más. No respetaron la
presencia de los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos.
b. 4:17 Aún han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro
socorro. En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.
c. 4:18 Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos por nuestras
calles. Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días. Porque llegó
nuestro fin.
d. 4:19 Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo.
Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.
e. 4:20 El aliento de nuestras vidas, es el Ungido de Jehová. De quien
habíamos dicho: A su sombra tendremos vida entre las naciones, fue apresado en
sus lazos.
f. 4:21 Gózate y alégrate, hija de Edom, la que habitas en tierra de Uz. Aun
hasta ti llegará la copa; te embriagarás, y vomitarás.
g. 4:22 Se ha cumplido tu castigo, oh hija de Sion. Nunca más te hará
llevar cautiva. Castigará tu iniquidad, oh hija de Edom. Descubrirá tus
pecados.
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